De vuelta en acción!

[Éste es un rol privado entre los bros: Kathy Vanderhoeven y John Schmidt. Por favor no comentar hasta que alguna de las dos usuarios diga cuando esté abierto!]

Habían pasado semanas, incluso meses desde que el pelinegro escapó de instituto en búsqueda de ayuda. Hubiese sido tan fácil haberle pedido ayuda a los profesores, se supone que para eso están, ellos son expertos en el tema.. sin embargo él era demasiado orgulloso como para recibir auxilio de cualquiera.

3:07 AM

Sus ojos verdes estaban posados sobre el instituto, su bolso cargado al hombro y con el uniforme que no creyó que volvería a ponerse, el joven soltó suspiro y luego de unos segundos levantó su brazo diestro, en orden de tomar el portón del instituto y abrirlo. No es un secreto para nadie el instituto lleva años, no se sabría cuántos en específico, sin embargo se podría deducir por el ruidoso portón.. ya que al empujarlo, éste hizo un chillido que podría haber despertado a una cuadra entera.

El pelinegro soltó un gruñido y trató de cerrar el portón nuevamente, con todo el sigilo posible y, al lograrlo, se dio la vuelta para volver a ver la estructura del lugar. El joven tragó saliva, estaba nervioso, pues supo que tal vez no era una buena idea volver después de todo.. escapó del lugar cuando más defensa necesitaba, y ni siquiera se despidió de alguno de sus amigos.

Vio por unos segundos el jardín y le trajo vagos recuerdos: oh, aquella vez que juraron a la botella y todo terminó de forma sangrienta, aquellas golpizas, la forma que fue jugó a las luchas con su "hermana", su ex-compañera de cuarto y el otro imbécil cara pálida, todo siempre terminaba en la oficina de la directora. Vaya estupidez. Sonrió para sí mismo y luego se adentró hacia los pasillos, viéndolos de un lado a otro, ni siquiera recordaba donde rayos quedaba su habitación, claro está que hace dos meses atrás tampoco lo sabía, y sólo se limitaba a dormir en cualquier lado.

Luego de haber dado bastantes vueltas por el lugar, parece que sólo volvió a su punto de partida.. éste soltó un suspiro y se recostó contra una pared para luego dejarse caer al suelo. El sereno adentrado pues el muy imbécil había olvidado cerrar la puerta.. ¡Que va!, si hasta se podrían escuchar alguno que otro búho que estaba de pasada y la brisa que movía las hojas de los árboles y hasta su cabello, el silencio consumía el pasillo y sólo estaba él para sí mismo.

Sacó de bolsillo un paquete de Benzodiazepina y posó ambos hombros sobre sus rodillas, tenía las el paquete pastillas en ambas manos mientras las veía con recelo. -¿En ésto me he convertido?- Pensó para sí mismo y dejó ir otro suspiro. -Sabía que no era una buena idea...- Susurró luego.

2:45 a.m.

Últimamente conciliar el sueño era un gran reto, cada noche la pasaba dando vueltas sobre su colchón. Tal parecía que algo la inquietaba.

Con los ojos pelones, veía hacia un punto fijo del alto techo, como si escudriñara la oscuridad, como intentando encontrar una respuesta que pensaba no existía; se sentía fatigada pero a la vez sin sueño, imposibilitada de poder. Vio el reloj de su celular: 3:15 a.m. Lo dejó por ahi entre las sabanas para tratar de conciliar el sueño, apretando los ojos y envolviéndose sobre las sabanas en posición fetal cuando el sonido de la vieja verja se escuchó.

¿Qué habia sido eso? ¿A quién se le ocurría salir a esas horas de la noche? No lo sabía pero, como era su costumbre estar de entrometida en asuntos que no le incumbían rapido se bajó de la cama para salir a ver de que se trataba.

Ni siquiera se molestó en buscar ropa, por lo que vestía una camiseta enorme y algo desgastada de alguna banda de metal... la cual usaba como camisón. Estaba a nada de abrir la puerta de la habitación para salir de ahí cuando el recuerdo de la ultima vez que espió a la directora terminó mal y aun estaba castigada por aquello.

- Oh bueno... ¿que más da? - dijo des preocupadamente aventurarse en la oscuridad del pasillo. Caminaba sin hacer mucho ruido, lo unico que se percibía era el sonido de sus pies desnudos contra el frío piso del corredor.

Divisó una silueta reposando contra un muro, parecía ser alguien y por la complexión parecía ser hombre.

- ¿H-hola? - Saludó dudosa, no sabía si se trataba de un alumno o de algun demonio o sombra maligna.

La luz tenue que entraba por la ventana daba con los pasillos, la brisa entraba en la estructura y éste estuvo en silencio por varios minutos; tan tranquilo en su propio mundo, podría incluso hasta quedarse dormido. Éste creía que hasta tal vez sería mejor devolverse, tampoco es que le haya ido tan mal trabajando de barman en alguno de los bares locales, pero toda su vida se estaba convirtiendo en una pesadilla.

Bostezó cansado y su vista incluso se llegó a disipar, estuvo a punto de caer dormido hasta que de repente una voz, que sonó más como un chillido, se hizo dueña de su interés- ¡! - La voz tan familiar lo hizo exaltarse de repente, por reflejo tomó la cajita de pastillas y la volvió a guardar dentro de su bolso rápidamente. Luego se reincorporó y se levantó de su lugar, acomodándose el uniforme y el bolso tras su espalda mientras miraba a la otra parpadeante, como si de un fantasma se tratase.

Realmente no sabía si era él alucinando o si realmente era ella que estaba allí; calmándose un poco más, se llevó una mano sobre la frente y enchinó los ojos tratando de enfocarse más en la silueta de la chica. Luego de unos segundos gruñó, pues el sueño y la oscuridad que le agregaba un ambiente tétrico al lugar no lo dejaba concentrarse lo suficiente y volvió a bajar su brazo. -'Sup... - Contestó desde su lugar.

Conforme iba avanzando más lograba distinguir que efectivamente era un alumno y no un demonio, cosa que le hizo respirar más tranquila. El chico saludó y ésta reconoció la voz, era demasiado familiar...

- ¿Bro? - Preguntó titubeante, haciendo sonar sus pies descalzos en las losetas del piso. - ¡¿JUAN?! - Dijo ya logrando identificar la silueta de su entrañable amigo. -¡DIOSES! - Exclamó, no sabía por donde empezar a preguntar pero... antes de cualquier cosa, debía darle su respectivo recibimiento...

La pelirroja le soltó semejante coscorrón, estaba entre molesta y feliz de volver a verlo... o "verlo" ya que en la oscuridad del pasillo apenas podía distinguirlo.

- Eres un idiota, ¿lo sabías?... ¿donde habías estado? ... No sabes lo mucho que te echamos de menos... - reclamó molesta para después abrazarlo tan fuerte que de haber sido de raza reincarnate seguro le habría tronado los huesos, pero para suerte del pelinegro, a lo mucho lo dejaría sin aire.

- Pensé que ya no regresarías... ¡Cuentame! ¿Donde has estado? - preguntaba impaciente, quería saberlo todo.

Al escuchar nuevamente la voz pudo reconocerla inmediatamente, pues claro, ¡si era nada más ni nada menos que la enana de su hermana! Éste no pudo evitar soltar una risa incluso más baja que un susurro al escuchar a la otra hacer semejante revuelo durante la mitad de la noche cuando se supone que todos deberían estar durmiendo.

Sin embargo, y para antes de que se diera cuenta, recibió un golpe en la cabeza con una fuerza equivalente a la furia de los siete mares... sí, definitivamente tenía que ser Kathy. El pelinegro soltó una carcajada y sin previo aviso se abalanzó contra ella, acoplando ambas manos comenzó a revolver el cabello de la pelirroja como le era de costumbre.

Luego de que ambas partes hayan recibido la bienvenida, escuchó atentamente lo que decía la otra -Soy un idiota, sí. Suelen decírmelo a diario... -Dijo con significante serenidad y en tono algo burlón, para luego recibir el abrazo de la ojiazul y apretarla con casi igual de fuerza, era prácticamente un juego para ambos ver quien estrujaba más al otro- Argghhh, te extrañé tanto, mensa. - Exclamó entre gruñidos que apenas se le podía entender lo que decía.

Para cuando ninguno de los dos se encontraran con aire la dejó ir, soltando un largo jadeo en orden de recobrar su oxígeno. -Estuve en mi hogar, donde solía vivir antes de estudiar aquí... apenas hace un mes volví a Akihabara, pero estuve trabajando en los bares locales... -Dijo, rascándose la nuca. -No como prostituta, por si acaso... -Señaló incriminante y aclaró antes de que la otra dijera algún comentario desubicado como solía serle de costumbre.

Cuando por fin dejaron de apretujarse el uno al otro se quedo junto a su affinita favorito -lo siento Tamre (?)- atenta a cada palabra que el otro decía.

- ..... uhm? ¿Y porqué te fuiste? ... ¡Y sin slavisarme, es lo que más me indigna! - le dio un golpesito amistoso en un hombro y continuó: - Y no me digas mensa... - Advirtió en un tono amenazador.

Justo iba a hacer un comentario fuera de lugar cuando el otro hizo la aclaración rió bajamente, le causaba demasiada gracia que el otro la conociera tan bien.

- Ok, tienes un mes aqui en la ciudad y ¿apenas regresas?... ahora dime ¿Qué carajos haces llegando a esta hora como ladrón? - Se cruzó de brazos esperando que le explicara porque estaban a esa horas de la noche en un pasillo oscuro.

- Estas no son horas para que una geisha ande sola por ahí... Hay demasiados pervertidos en las calles... - le tomó de una mano comenzando a andar por el pasillo hacia las habitaciones. - Ne, ne... ¿alguna vez avisaste a los profesores que te ausentarías o tu plan era ya no regresar? - preguntó volteando ligeramente hacia atrás, tratando de ver a su amigo aunque por la oscuridad era casi imposible.

-He... tenido problemas para dormir. -Dijo sin más, sabía que podía confiarle lo que sea a la pelirroja por tan pesada que pueda llegar a ser algunas veces. -Asumí que sólo era cosa del ambiente... ya sabes, tanta energía demoníaca concentrada en un sólo lugar no puede ser para nada bueno... así que decidí irme por un tiempo. -Suspiró, rascándose el ojo ya cansado.

-¿Qué? ¿Cómo ladrón? -Soltó una risa corta. -Uhmm... la verdad es que creí que podría volver y ya. Que nadie notaría mi ausencia ni mi regreso. -Se encogió de hombros sin darle mucha importancia. -Tal vez obtenga un castigo por eso, ¿quién sabe? Soy bien idiota. -Ni siquiera pudo llegar a terminar su oración y ya la Fortuna se lo estaba llevando por una mano; éste enarca las cejas confundido en cuanto ella empieza a hablar como su abuelita: -¡Oi! Pfft... sí... sí, muy divertido, una geisha, gente diva como yo no puede estar sola por la calle, ¿a qué no? -Dijo burlón mientras se llevaba el antebrazo a la frente haciendo la típica escena de damisela en apuros al mismo tiempo que caminaba con la otra, ni siquiera supo para qué lo hizo ya que ella no podría llegar a verlo en tal lugar tan sombrío.

Al cabo de unos segundos vio a la otra voltearse y parpadeó un par de veces ante su pregunta. -¿A los profesores, dices? Naaahh. Sinceramente... volver no estaba en mis planes. Peeero... las cosas se tornaron algo difíciles. Así que pensé que volver al inicio sería una buena forma de acabar con mis problemas, ¿no lo crees? -Preguntó dudoso, hablando cada vez más bajo a medida que se acercaban a las habitaciones.

- Que nadie notaría tu partida ni tu regreso... - resopló riendo con ironía - Vaya, eres más imbécil de lo que te creía... - Desde la partida del pelinegro, había estado aguantando las quejas de Charlotte, seguro que cuando la castaña lo viera lo mataba con sus propias manitas.

¿Había escuchado bien? ¿John se había ido para ya no volver? Dio media vuelta encarando a su amigo, obvio no quedaba a su altura, por lo que ella tendría que alzar un poco la cabeza para intentar verle a los ojos.

- ¿Y tú crees que eres el único con problemas aquí? - con golpeteaba con su indice en el pecho del muchacho con fuerza. - ¿eh? Todos aquí tenemos broncas... y no huimos... debes ser más hombrecito y enfrentarte a lo que venga... - Infló los cachetes exhalando aire con la nariz molesta.

- No eres el único que quiere largarse, el único que no soporta este lugar... - bajó la vista viendo hacia un costado con sus puños apretados, parecía que eso lo decía más para ella que para él. - Supongo que si estamos aquí es para lograr hacer algo bueno con este tormento... - volteó a verle, el tono de su voz era más suave de cuando comenzó a cuestionarle enfadada.

- He aprendido por las malas... que no llegaremos a ningún lado si hacemos las cosas por nuestro propio pie... Esto no está dentro de nuestras capacidades, bro... Últimamente me es imposible dormir al igual que a ti... Tengo mucho miedo... Pero supongo debemos confiar en los profesores y en sus protecciones... - ¿Miedo? Sí, quizás y sorprendente mente lo aceptó; la pelirroja era orgullosa y jamás se mostraría temerosa o vulnerable ante nadie ni en cualquier situación.

Se dio la vuelta y continuó su rumbo por el pasillo...- Ne... Ya ni siquiera recuerdas cual es tu habitación ¿cierto? ... aunque tampoco es como si siempre hubieras sabido cual es... - Recorría el pasillo de las habitaciones en silencio y hablando lo más bajito que podía para no despertar a sus compañeros.

-Pues tú ni siquiera parecías notarlo. -Se rodó de ojos. -Me tomé la libertad de darme una u otra pasada días después de haberme ido, y te veías de lo más tranquila todo ese tiempo... ¿Jugando a las escondidas? ¿En serio? -Reprochó con infamia.

Seguido de eso, el pelinegro frunció el ceño al ver la actitud que toma la ojiazul, y estuvo a punto de reprenderla de las cosas que decía pero decidió por esta vez guardar silencio, mientras escuchaba lo que ella tenía para decir. En cuanto el tono de voz de la pelirroja se ablandó, el joven volvió a bajar la guardia, e insistió: -...De todos modos, los profesores se toman la libertad de unas bellas y hermosas vacaciones mientras nosotros estamos encerrados en éste maldito edificio. Tampoco estamos recibiendo mucha ayuda. -Resopló con recelo. -Discúlpame si decidí buscar ayuda de alguien a quien le interese. -Pudo haber seguido con sus quejas, e incluso le iba a contar más, pero al ver a la otra darse la vuelta para seguir caminando sólo gruñó bajo su propio aliento y le siguió el paso.

-Nope... de hecho, tenía pensado dormir en el pasillo, como siempre. -Respondió en voz baja, viendo en su entorno las puertas de las habitaciones, haciendo memoria del lugar. Enarcó una ceja luego pues no había analizado muy bien la situación. -¿Y tú que rayos haces despierta? Fuera de tu habitación, me refiero...-

[Sí mil, pinches profes culeros TOT]

- ¿Y? ¿Lograste algo? - Preguntó sin voltear a verle, cuestionando si es que en verdad había encontrado alguien que le interesara ayudarle. - Parece ser que no... puesto que estás aquí de nuevo... - Se detuvo frente a la puerta de la habitación del Affinita volviendo a darse la vuelta para verle de frente. - Por cierto, no confundas las cosas, bro... El hecho que me la haya pasado "tranquila" - hizo un ademan de comillas con sus manos ya que casi nunca estaba tranquila como aparentaba. - Como tú dices no significa que no te haya echado de menos... o que no haya notado tu ausencia. - Recargó todo su peso en una pierna reposando su surda en su cadera. - ¿Dormir en el pasillo? ... Bueno, no me extraña la verdad...

Ante la pregunta del pelinegro ella sonrió ampliamente mostrando todos sus dientes. - No podía dormir y pues ya se me hizo costumbre meterme en lo que no me llaman, por eso vine de chismosa a ver de que se trataba.... alguien debe aceitar la verja de la entrada. - Lanzó una ojeada fugaz a la puerta de la habitación del otro y sin decirle nada dio media vuelta y avanzó sin rumbo, no quería ir a intentar dormir, mejor pasaría la noche con su bro para conversar hasta donde el cansancio del otro se lo permitiera.

[Empezando por Tamre! +seria]

-No... -Anunció su respuesta seguido de un suspiro. -Supongo que resultaba más fácil lanzarse de un puente. -Se detuvieron frente a una puerta, a la cual realmente no le había prestado mucha atención pues ésta estaba enfocada en lo que decía su hermana. -Está bien, entiendo. Y... pues sí, prefiero dormir en el pasillo. No sé si aún comparto habitación con Petula, pero semejante mujer puede llegar a ser... inquietante algunas veces...

Luego de haber vuelto de su viaje de lagunas y traumas mentales recordando las cosas que solía hacer Petula, le echó una ojeada a la puerta a la cual hacían frente, y presuntuosamente preguntó: -¿Mía? -En un tono algo inmaduro mientras señalaba la puerta con su dedo pulgar. -Creo que paso... el puro aura se siente tétrico. -Dijo algo preocupado para luego recobrar la postura, para cuando alzó la mirada ya la otra había comenzado a vagar sin rumbo. -¡Oi! ¡Espérame! -Dijo mientras la seguía para mantenerle el paso.

- Lanzarse de un puente... - repitió como considerando la opción. - No, no espera... ¿Que tal y te lanzas del puente mientras te grabo? Serías la mancha en el pavimento más guapa de todas. - Le sacó la lengua haciendo énfasis a que solo bromeaba... ¿o no bromeaba?

- Pensé que estarías demasiado cansado y que preferirías ir a dormir... Por mi mejor, así tampoco tengo que ir a dormir - Se sonrió pensando en que quizás podría pasar una noche con su bro como hace mucho no lo hacían para juntarse y ver estupideces en Internet y hablar de incoherencias... aunque, por la manera en que encontraba a John no se veía muy animado.

- ¿Y... qué? ¿Todo bien? - Doblaron rumbo a la cafetería, igual y si tenían suerte podrían robar algo de comer sin que Doña Mary los aprehendiera. - ... Porque si me preguntas mi opinión... te ves fatal... - con cuidadito abrió la puerta de la cafetería, obvio, no había nadie a esas horas.

-No te desharás de mi tan fácilmente... -Replicó intimidante, mientras la señalaba con su dedo índice al mismo tiempo que lo giraba, formando pequeños círculos. -No puedes tenerlo todo en la vida. -Continuó, en un tono algo burlón.

-Sí... bueno, cuando vez las cosas que ocurren dentro de ese cuarto, puede llegar a quitarte el sueño... -Se encogió de hombros y prosiguió a seguirla, enarcando ambas cejas cuando la pelirroja le pregunta como estaban las cosas y luego su afirmación. -¿Oh? ¿De verdad puedes verme en éste lugar? Porque, para serte sincero, lo único que puedo ver de ti es tú mechón azul, que ciertamente parece que brillara en la oscuridad... -Levantó su brazo para alcanzar a la otra y jalarle del mechón nada más para molestarla. -Sin embargo, no... Prácticamente he estado sobreviviendo a base de drogas. No me sorprendería si tengo un aspecto fatal. -Se rodó de ojos, continuando con su camino.

- No necesito una buena iluminación para distinguir que te ves de la verga... - Con cuidado de no hacer ruido ingresó a la cafetería, escabulléndose a la cocina, la cual comenzó a hurgar en las alacenas para buscar algún frasco de aceitunas o algo parecido, tenia antojo de algo salado.

Encontró lo que buscaba, un frasco grande de aceitunas la cual abrió con facilidad. Sentada en uno de los muebles de la cocina comía tranquila sus aceitunas, escupiendole los huesitos a John.

- Ahora... cuéntame ¿porque has estado viviendo de drogas? Bro... hasta yo sé que eso está mal.... - Le aventó una aceituna a modo de desaprobación. - O sea, fumar un porrito de vez en cuando esta bien... ¿pero ya depender de ello? ... no lo sé.... cuéntame, qué ha pasado??? - le miró interesada y preocupada a la vez.

-"De la verga..." -Repitió con incredulidad. -Eres bastante buena dando apoyo moral, de verdad. Increíblemente buena, de hecho. ¿Nunca has pensado estudiar psicología? Te pegaría. Coño que sí. -Decía más para él mismo que para ella, pues estaba muy ocupada fisgoneando entre las alacenas de Doña Mary.

Cruzado de brazos sólo rodó los ojos y no pasó mucho hasta que se sumergió al deseo de buscar algo para él también, así que comenzó a husmear a ver si la suerte estaba de su lado y encontraba algo agradable. Decidió abrir el microondas casi rezando y que Dios le oiga, se encontró con una hamburguesa casi perfecta con el único defecto que tenía una mordida. Al carajo, a quien se le haya ocurrido no comerse esa obra de los dioses tenía que estar mal de la cabeza. John marcó el tiempo en el aparato para la dejarla calentándose y, ahora que estaba haciéndose de las suyas, tomó una bolsa gigante de Doritos que estaba cerca porque... ¿por qué no?

Luego estaba allí, comiéndose su hamburguesa de sabrá Odin a quien pertenecía. Contraatacando los huesitos de Kathy con pepinillos de los suyos.

-Hrmhm--- -Balbuceó con la boca llena para luego tragar. -¿No te lo he dicho? Debiste siquiera notarlo antes de yo haberme ido, pffft digo... -Soltó una risa por lo bajo de su aliento, mientras pensaba que rayos decir. -Éste tipo... el demonio que "marcó" su poder en mi.... -Enarcó ambas cejas en frustración, tamborileando los dedos unos con otros. -Me ha estado torturando, como... dude. Usa a la gente que conocí, que conozco, o que ni siquiera conozco... y las pone en mi contra. Al principio parecían alucinaciones, pero... se puso peor que eso. Por eso volví. -Suspiró, dándole otra mordida a su hamburguesa. -Y no digas que son las drogas, Kathy. Es enserio... -Aclarando de nuevo, mientras seguía masticando la gloria de los Dioses en un solo bocado, alcanzó a su bolso y de él sacó su paquete de Benzodiazepina, lanzándolo a la mesa frente a ella. -...Así que he necesitado ayuda para dormir, por lo menos. -Sentenció por último para luego encogerse de hombros y seguir en su mundo de lechugas y tomates celestiales.

- Psicología? Uhmmm... Nunca la había considerado como una opción... - mecía sus piernas colgadas del de la mesa de la cocina comiendo aceitunas como si no hubiera un mañana. - ¿Sabes? Yo ya había entrado a la universidad... - hizo un ademan con las manos restando le importancia - Criminología... Aunque también me gustaba la historia... - se llevó una aceituna a la boca, masticando y hablando con la boca abierta - Pero me decidí por criminología... Solo por hacer peritajes y ver cadáveres... - soltó una risita casi psicópata encogiéndose de hombros. - Peeeeeero.... bueno... ahora estoy aquí en la cocina de Gesshoku... -

Cada palabra que decía su amigo iba frunciendo el ceño entre confundida y no creyendo lo que le contaba, preocupada y angustiada.

- Bro, a ver... espera, espera... más despacio... - levantó sus manos como pidiendo al otro que se detuviera. - Te está torturando como "dude" no entiendo... o sea, ¿se ha manifestado físicamente  - A su parecer John no se había explicado bien además, la falta de sueño la hacía razonar más lento.  - ¿Como es que usa a la gente? - le miró fijamente, clavando su azul mirada en la demacrada cara del otro hasta que se distrajo al ver la caja de pastillas, las mismas que atrapó para "analizarlas".

- Pffffffff.... - resopló medio molesta y aventó las pastillas al triturador de basura del fregadero. - Ya no tomarás más de eso... - de un salto bajó de su lugar para ir donde su amigo y abrazarlo con fuerza - No te permito que sigas haciéndote daño así....- le dio una patada en la espinilla en reprimenda. - Has intentado... ¿con algo más natural? .... El té de amapola es bueno... - La pelirroja no estaba en contra de las drogas, solo de las que eran sintéticas y llenas de químicos peligrosos.

- Con el té de amapola te puedes relajar... solo no tomes demasiado o ya no la cuentas - Se calló por un momento balanceando la cabeza. - Podríamos conseguir algunas hojas... o preguntarle a Petula o que se yo... - Le propuso a manera de solución, no le agradaba ver a su hermano tan dependiente de aquellos fármacos.

John no pudo evitar rodar los ojos al notar que la otra no había logrado captar su sarcasmo por tan notorio que éste pudo llegar a ser. Sin embargo soltó una pequeña risa, pues no era el fuerte de ninguno de los dos ser inteligente o hacerle caso a lo que los demás estén diciendo. Así que la escuchó con atención a lo que decía. -¡Ajá! Pues te apuesto que si seguirías en tu universidad estudiando criminología, no tendrías un bro tan genial como yo y no estarías comiendo aceitunas cada vez que te plazca. -Lo dijo casi como un consuelo o una tortura, nunca se sabe de ellos dos.

Sus ojos divagaron a ver como la otra levantó sus manos en orden de que el otro se detuviera, parpadeó un par de veces al ver a la otra confundida. -Creo que titubeé y no me entendiste... -Se echó a reír por lo bajo. -Con lo de dude me refería a ti. Onda... "duuuude". -Repitió con un tono divertido, algo ya más relajado que antes. -Pero sí, físicamente, más o menos. Y con respecto a lo de los demás... -Se encoge de hombros. -Es como si me hiciera creer que estoy hablando con alguien, y luego me dan donde más me duele. Podría pensar que está ocurriendo ahora mismo, que no eres tú con quien estoy hablando... pero quiero creerme que estás aquí. Así pueda ser una mentira, quisiera creérmela así sea por ésta vez.

Estaba tan distraído en lo que decía que ni siquiera notó a la otra lanzar sus pastillas hacia el otro lado y fue interrumpido por el abrazo de Kathy, lo que le hizo abrir ambos ojos como platos.

-El té... pfff... -Resopló, pensante. -Pues... mis pastillas me dejan en algo así como la inconsciencia. Si duermo temo que podría llegar a tener pesadillas. No sabría si el té podría serme de ayuda... -Se rascó la nuca algo nervioso pues ya no tenía ni la más mínima idea de como iba a seguir viviendo ese desastre de vida.

- Dude, créeme si te digo que el té de amapola es efectivo... te noquea y además te pega un super trip... épico.... - le hizo cejitas tratando de convencerlo aunque sabía que no le costaría nada en lograr que el otro aceptara.

Se quedó sentada al lado del pelinegro, recargándose sobre su costado, comiendo las ultimas aceitunas que quedaban en el tarro en completo silencio, dándole vueltas a todo lo que había dicho su affinita favorito, tratando de encontrar alguna solución a sus problemas... pero como era lógico, ella no contaba con ninguna respuesta para el caso de John.

- ¿uhm? ¿Aun dudas que pueda ser la verdadera Kathy? ..... bueno... eso se arregla fácil.. - Se le quedó viendo de frente, pegando la punta de su nariz con la ajena y tomando a John de las orejas, tomó impulso para propinarle un buen cabezazo, eso era algo muy propio de la pelirroja. Aquella acción sería una prueba irrefutable de que no fuera una falsa Kathy.

Con la frente roja y al parecer con un chichón del fregadazo que le acomodó a John, se quedó recargada en el costado del otro viendo como el sol comenzaba a salir, se habían pasado toda la noche sin dormir, solo conversando como en días pasados donde todo parecía tan normal y tranquilo.

- Ya deja de darle la vuelta a eso... deberías hablar con.. no sé, Plumm ¿tal vez? Creo que es la más indicada para ayudarte con ese asunto... y claro, el té de amapola...  - lo codeó divertida mientras bebía la salmuera de las aceitunas.
 
[Que asco xD]

-Un súper trip... ¿algo así como un viaje al espacio? Siempre quise ser astronauta... -Remarcó el dato aún siendo de poca importancia, un poco más convencido que antes.

Continuó comiéndose su hamburguesa mientras el silencio consumía el lugar, realmente no esperaba que sus problemas desaparecieran así como así, incluso, podrían hasta ponerse peor. Pero realmente no importaba, siempre y cuand---

-¡Ouch! ---Argh. Podías avisar... -Se quejó mientras se sobaba la cabeza, un poco más fuerte el cabezazo y la otra lo dejaba en Knock-out. -Ya por un segundo hasta me creía que me ibas a besar, dude. Me vas a dejar con un trauma más grande del que ya tengo. -Dijo en forma de broma. Éste se acomodó para darle su último bocado a su hamburguesa sólo para morder aire y darse cuenta que se le había resbalado de las manos. -...Owwn... -Suspiró por lo bajo y dejó la hamburguesa en el suelo, ya era lo suficientemente asqueroso que haya agarrado un tentempié ajeno, recogerlo del suelo ya sería otro nivel... ¿o no lo sería?

John resistió todas las ganas que tuvo de recogerla y comérsela como si no hubiese un mañana.

-Ah, no. O es Plumm, o el té de amapolas... una de dos, tú decides. -Replicó como si la ayuda fuese para ella y no para él, aún sabiendo que después de todo, si iba a necesitar ayuda de la Directora.

Negó con la cabeza mientras aun bebía lo ultimo de la salmuera de sus aceitunas. Dejó el frasco vacío por ahí en la mesa y le miró fijamente secándose con el dorso de su diestra el jugo de aceituna que le había corrido por el mentón.

- Estás loco... no puede ser uno por lo otro. Para que sea más efectivo debes tomar té y cuando andes bien pasado y alucinado ve con la directora para que te refuerce el hechizo mágico de la paz interna... - la falta de sueño ya le estaba afectando; Pensando en lo que acababa de decir quedó en completo silencio. - Y ya quisieras un beso mío, pero pues... sabes que yo no beso cosas feas....- De un saltito bajó de la mesa y al observar por la ventana alcanzó a percibir los primeros rayos del amanecer.  - Dude.... Dentro de poco saldrá el sol y nosotros aquí como si nada.... seguro llegara doña Mary y nos va a correr a vergazos de aquí... - Más le preocupaba que la señora de la cafetería les hiciera drama por estar ahí metidos que el hecho de no haber dormido en toda la noche. - Venga, vamos al jardín a visitar tus topos...- Tomó de la mano al pelinegro sacándolo de ahí casi casi a rastras en dirección al jardín.

-Bueno ya... para ser una hermana mayor suenas más a mi abuela... -Se quejó sin tratar de sonar tan duro, después de todo, la pelirroja tenía razón. Enarcó una ceja cuando lo llamó "cosa fea". -Ya quisieras tú un beso mío. No niegues que soy hermoso. -Nuevamente, lo dijo en tono de broma. Levantó su diestra para frotarse los ojos y luego la trasladó hacia su cabello, empujándolo hacia atrás, soltando un largo bostezo. -Bueno... tú eres la que quería hablar. No me culpes si nos volvimos a trasnochar como siempre. -Siguiéndole con los ojos, replicó desde su lugar, realmente no tenía la más mínima intención de moverse. Así se iba a quedar hasta que la mayor le jaló de la mano.

-Ahhh, mis topos. Cómo los extrañaba... -Soñando despierto mientras se encaminaba con la pelirroja hacia el jardín. -Juraría que te morías de sueño. -Se detuvo frente a la puerta que llevaba hacia el jardín. -Digo... que yo duerma obligado de una a tres horas al día es algo, pero... tienes unas ojeras casi tan terribles como las mías. -Comentó ahora que podía verla a ella en la claridad, parece que no había sido el único con problemas para dormir últimamente.

[Pelirroja... o pelinegra... he ahí el dilema(?)]